sábado, 5 de enero de 2008

Primer post del 2008

He aquí el primer post del año que, como el primer anuncio, es muy importante e influyente. Este es el post que debería marcar el estilo de Estrenando Soltería 2008. Pero nada más lejos, ya que escribo en un fuerte estado de Sunday Blues mezclado con un molesto constipado. El Sunday Blues de hoy no es consecuencia directa de la noche de ayer, que no salí ni nada, sino de todas las fiestas nocturnas de estas navidades. Desde el ya lejano For Women hasta el viernes pasado, en la cena homenaje a nuestro Ivi.
Ya he hecho mi semanita de vacaciones y he pasado cuatro días en Madrid. De nuevo un fin de año en la capital con muchas caras conocidas. Entre ellas cabe destacar a Mel, vieja conocida del blog, mujer de belleza imperturbable, gracia onubense, ademanes dulces y personalidad atrayente, y a Cesarpullido, gran hombre donde los haya, de preciosos ojos, sonora carcajada y carisma inigualable. Dos subordinados míos de mi época Starbucks que marcaron mi vida en su momento y que después de tantos años siguen siendo parte de ella (ejem... ¿¡contentos!?).
Antes de hablar de estos dos seres de luz, me disponía a contar mi fin de año. Fue una noche muy larga en que comencé muy digna en una habitación cuyo balcón daba a la Puerta del Sol y acabé patética insultando a gritos a un transeúnte que me hizo proposiciones indecentes. Bailé normal, ligué mucho y bebí lo justo. Adorné mi cabeza con una gorra de marinera que, según los componentes masculinos del grupo, aumentaba mi sex-appeal un 90 por ciento. El tramo final de la noche tuvo un toque surrealista, en casa de dos chicos muy graciosos que insistían en hacer un trío, aunque mi interés era sólo para uno de ellos. O todo o nada, no sabía yo de esta solidaridad entre amigos.
Pues nada, ¡feliz 2008 a todos! Nos vemos por aquí.

2 comentarios:

Myran dijo...

¡Mel y Cesarpullido!
Exijo un poco de feedback por vuestra parte. Tanto quejaros de que no decía nada de vosotros y ahora... ¡ni puto caso!
Tener amigos para esto.
En fin...

Anónimo dijo...

Ya era hora, Ms Pask, que tuviera usted a bien honrar a estos dos seres plenos de sabiduría y belleza. Agradecer debe a la rueda de la fortuna que un día giró a su favor y los puso en su camino para que la famosa niebla londinense se desvaneciera dando lugar a un sol radiante y sonriente que no ha parado de brillar hasta hoy.