sábado, 11 de junio de 2011

Calabazas

Funcionario con Ínfulas de Fotógrafo es un chico con el que me lié el día de mi 31 cumpleaños, después de una exitosa fiesta mexicana. La cosa costó bastante porque el tío es de ese tipo de gente que hace silencios largos y no sabes muy bien qué está pensando. Esta gente me inquieta, prefiero a mis amigos que sueltan lo primero que les pasa por la cabeza, por muy poco a cuento que venga a veces. Yo, por mi parte, me había propuesto no hacer ni el más mínimo esfuerzo porque pasaba de que me dieran calabazas el día de mi cumpleaños. Mal augurio.
Pasó el rato y al final Funcionario con Ínfulas de Fotógrafo apoyó su cabeza en mi hombro y nos liamos. Fue un buen polvo y sobre todo estaba encantada con mi cambio de registro: hombre bajito, ancho y cabezón, para nada mi estilo. Al cabo de unos días volvimos a quedar. Fuimos a ver a los indignados (desde aquí todo mi apoyo), hicimos un recorrido por el Gótico y lo llevé a casa en la moto. No nos rozamos ni un pie pero estuvo bien. Resultó que el chico sin una gota de alcohol era bastante más simpático y divertido.
El sábado quedamos de nuevo y como es normal yo activé todas las alarmas de "esta noche follo": crema hidratante, depilación y bragas sexys. Después de tomar algo por Gracia, me enseñó su piscina y me invitó a ver su piso (Vale, quizás esto lo forcé yo un poco, quedándome ahí plantada y diciendo "Oh, así que aquí vives tú... ¿dónde está la piscina?). La cuestión es que estuve como tres horas allí, hablando de nada, viendo fotos y escuchándole tocar la guitarra con una sonrisa aunque tocaba fatal. A ver, para mí todo tenía una clara finalidad por eso aguantaba tan pancha. Harta ya y medio dormida, a altas horas de la mañana me dio por poner mi cabeza en su hombro y.... ¡CALABAZAS!
Me fui de allí con una mal disimulada indignación. Antes le dije que eso no se hacía, que para qué coño me invitaba a subir a su casa, que era sábado por la noche y que nosotros eramos dos semi-desconocidos que ya se habían liado y que yo no esperaba acabar jugando al parchís precisamente. ¡Me lo podría haber dicho antes! De repente Funcionario con Ínfulas de Fotógrafo se dio cuenta de su error y se disculpó diciendo que estaba muy a gusto y que se había dejado llevar. Muy deprimente todo, una experiencia más que hace que me vea abocada a acabar viviendo de la auto-satisfacción o del sexo con mujeres.