miércoles, 6 de junio de 2007

London

A mediados de junio me voy a Londres a ver al Largo en un arrebato totalmente ilógico en un ser terrenal y racional como yo. Supongo que Londres tiene mucho que ver, si hubiera estado en Guadalajara, no me lo hubiera ni planteado.
La cuestión es que en dos semanas me voy a ver a un hombre del que conozco muy poco. Algunos de los datos de los que dispongo es que es fan de los horóscopos, le gusta el arte y los cócteles y practica yoga. Es caballeroso, amable y alto. Tiene una mancha de nacimiento en el cuello y huele a Armani Code.
Nos hemos visto tres noches. Me preocupa el hecho de que no nos hayamos visto de día. La luz del día no me sienta bien, resalta mis poros... Además me ha visto vestida para la ocasión y no me veo preparada para estar perfecta durante cuatro días seguidos. También me preocupa el hermoso morado que preside mi nalga izquierda consecuencia de una aparatosa y estúpida caída por las escaleras de mi piso el sábado. Seguro que cuando vaya tendrá el color amarillento típico de la última fase del morado.
La caída fue de película y me da mucha pena que nadie la viera, aún se estaría riendo. En urgencias me dieron un collarín y me dijeron que tomara ibuprofeno. Fue un palo, pero al menos me alegré la vista porque el hospital estaba lleno de tíos buenos.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Oye que debería ser al revés, el que seguro está preocupado por su aspecto es él. Ahora mismo un prominente grano de poro infectado de afeitarse está surgiendo en barbilla. Además descubriras esa camisa/camiseta/etc.. (que todo los hombres tenemos -en mi caso es una camisa de rayas-)que le gusta tanto y que causa verguenza ajena. También veras que su mancha no es tal sino que es una verruga... Bueno que el debe temer más tu llegada, que viceversa

Anónimo dijo...

Suerte!!!

Anónimo dijo...

Me encantan los comentarios del respectivo, nos da una visión masculina muy literal y añade un toque de humor tipo "El diario de Adrian Mole" al blog.
Myran, que puedo decir, que te lances a la piscina que la vida es así, hay que disfrutarla cuanto se pueda, aprovecha estos momentos y no pienses qué pasará después!

Anónimo dijo...

Te mando una canción de Wendy James que me encanta y tengo ahora en la cabeza, pensando en Londres...

" London's brilliant when its raining, everybody is moaning and complaining, London's dismal and divine, and I know one day, one day, is going to be..."

Anónimo dijo...

¿Tíos buenos en el hospital? ¡Qué suerte! Yo pasé un tiempo en ellos y no vi ni uno, aunque igual tiene que ver con la planta en la que estaba. Los médicos tienen fama de estar buenos, eso sí. ¡Y se lían muchísimo entre ellos!

En fin, que no pasa nada, que tranquila y que él en lo que se va a fijar es en los rizos de tu pelo, en tu sonrisita pícara, tus kilométricas piernas y tus increibles tet... (¡rima!?

La última vez que estuve en Londres fue contigo...

MUAK n(en dos horas, resultados. Gracias por las fuerzas mandadas)

Anónimo dijo...

Estoy con Kavers y con mi respectivo... ;-)
Seguro que él estará más preocupado que tú, pensando que cuando lo veas a la luz del día (que no le favorece...) te "desenamorarás"...
Y... ¿fijarse en tus poros? ¡¡pero si apenas sabe lo que es un poro!!
Que vagi molt bé!

Anónimo dijo...

Qué emoción... Como dice Mel, tírate a la piscina desde el trampolín más alto que encuentres!! CARPE DIEM.

MUUUAAA!!!

P.D.: Además un viaje a Londres nunca sienta mal...