jueves, 14 de febrero de 2008

Domingueros

Este domingo AB y yo organizamos una calçotada para algunos de nuestros amigos, la mayoría guiris o poco aficionados a los calçots. Era una tarea harto difícil porque éramos clara mayoría de mujeres y todos sabemos lo poco amigas que somos las féminas de la combustión, el fuego, la leña y todo lo relacionado con el mundo de la barbacoa.
El día empezó mal porque Trep, nuestro amigo de estética punk, llegó dos horas tarde al punto de encuentro por una resaca mal llevada. También, al poco de salir, tuvimos que dar la vuelta porque nos habíamos dejado la carne y la bebida en casa. Al final, un poco más tarde de la hora prevista y después de pasar por unos bosques muy frondosos e inhóspitos, llegamos a un merendero abarrotado de gente y, sobre todo, niños chillones.
Sin embargo, el día fue muy bien, comimos hasta reventar y mi salsa triunfó. Se corrió la voz de que nosotros teníamos la mejor salsa del lugar y cuando nos despistábamos venía alguien por detrás y ¡ZAS! metía su calçot en mi salsa (uy, ¡qué verde suena esto!).
Por la noche, cuando AB y yo comentábamos los titulares de la jornada tumbadas en el sofá, destacamos la gran calidad humana que abunda en los merenderos. Una señora le comentó a AB: "Aquí (en los merenderos) la gente se ayuda mucho." Es una frase que nos dio que pensar mucho...
En la foto, yo con una ristra de calçots en modo collar, en una velada alusión a mi programa favorito.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta la foto!! solo te falta el tam-tam! pareces de una tribu de caníbales que se hacen faldones con pajas!! cuanto siento haberme perdido la comilona, y poder probar tu tan famosa salsa....que pena!

un besazo!

Anónimo dijo...

Ah! Mira a AB allí al fondo, ligando como siempre!!!