martes, 8 de abril de 2008

Tris

Teniendo en cuenta el considerable descenso en el número de comentarios y el estado decadente del blog, me voy a agarrar a un clavo ardiendo y me voy a asegurar al menos un comentario. Para ello voy a hablaros de un animal doméstico, Tris.
Tris es mi perrito. Está en casa de mis padres y mi amor por él es enorme. Cabe decir que el amor que siento por los perros, sobre todo si son pequeños, blancos y peludos, es antinatural e irracional. Si veo a un perrito y a un niño juntos, le digo algo antes al perro que al niño. Espero que el inminente nacimiento de Tan, mi sobrina, me haga cambiar esta extraña visión.
Yo no he convivido con Tris porque lleva en casa de mis padres desde que me emancipé. Aun así lo llevo en el fondo de la pantalla del móvil y si alguien me pregunta digo que es mi perro. Tris es un poco burro y tira a borderline. Si cambias la voz o te pones un sombrero se pone a ladrar como si no te conociera. Es virgen y poco sociable. Pero es bello. Es como los hombres que me gustan a mí: guapos pero tontos.
Tris es blanco y peludo, pero Pas, mi padre, a pesar de mi indignación, le corta fatal el pelo, sin importarle lo más mínimo la estética. Estos últimos meses tenía el pelo largo y estaba más bello que nunca. El otro día, Pas intentó hacer un invento para tenernos a todos contentos pelándole todo el cuerpo y dejándole la cabeza a lo afro. Ahora está horrible y parece un Chupa Chups.
A todo esto, la semana pasada salí cuatro días a medias tintas, eso que tanto odia AB. He decidido que esto se ha acabado y si salgo será para quemar Barcelona y no para quedarme a medias. Puede incluso que saque del cajón el material ilegal que Trep, mi amigo de estética punk, me trajo hace un tiempo, y quizás visite Trauma, discoteca donde van divorciadas, separadas y entraditas en años a pillar a tíos con pelas. De momento, a falta de esa gran noche, estoy reclutada en casa, ahorrando, leyendo revistas del corazón, viendo los cástings de OT y meditando sobre el sentido de la vida.
En la foto, Tris.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Por fin un tema interesante en este blog.

Yo le conocí como Tristán, años ha. Siempre he visto un paralelismo entre él y mi perrita Um, a la que Ivi cañificó de "el propio satanás". Por cierto que hoy operan a Um de un tumor enorme, qué yuyu...

Ahora me gustaría que le dedicaras un post a Jim, ¿puede ser? ¡Ese también lo leería! ¡y el tal dumuru también!

Anónimo dijo...

Tristán tiene cara de triste, quizás porque, a su edad, aún es virgen. Desde aquí inicio una campaña para que Tristán sea desvirgado.

Anónimo dijo...

Llevaba demasiado tiempo sin pisar tu blog (más o menos como el mío...) y me ha encantado el post sobre Efr!! De haberlo visto antes no habría dudado en comentarlo! Por cierto, yo siempre pensé que pegabais mogollón aunque seguro que Lenny tiene algo que objetar al respecto (últimamente siempre me lleva la contraria en todo, estará volviendo otra a la fase en que me conoció en Lisboa y le caía mal...?).

Por cierto, disfruta de la soledad, a mí me encanta, hacer lo que quieras cuando quieras, acaso hay algo mejor?!

Nunca he conocido a Tris pero seguro que me haría estornudar, por culpa de mi alergia, y además le caería mal, como a todos los animales, nunca he tenido feeling con ellos, será porque no crecí con ninguno... Pero reconozco que tiene una cara muy graciosa.

MUUUUAAASSS!!!!

Anónimo dijo...

Yo no tengo el placer de conocer a Tris, pero es muy curioso el hecho que si cambies la voz o te pongas sombrero no te reconozca, ¿¿será que no tiene muy bién el olfato??

Yo no soy nada amante de los perros, y tuve el más grande del mercado y lo sacaba a pasear, y me había tirado al suelo unas 10 o 12 veces pq pesaba más que yo, y olía muy pero que muy mal....a pesar de todo le cogí cariño y me hizo mucha penita cuando lo mataron, pero decididamente no tengo nada de carácter para los animales, no sé jugar con ellos, me muestro patosa al relacionarme con ellos...vaya, un desastre!

Un besazo.